Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de enero, 2015

¿POR QUÉ SE FASTIDIA UNA AMISTAD EN CIERNES?

Louis, creo que éste es el comienzo de una gran amistad. Frase final de la película Casablanca (1942) de Michael Curtiz. A todos los que se sienten mis amigos.        Querido lector:     Últimamente hay un tema que ocupa mi mente y al que no dejo de darle vueltas (para eso, entre otras cosas, escribe uno: para que algunas ideas dejen de acosarlo).     Es el asunto de por qué se fastidian algunas relaciones de amistad o de compañerismo.     A todos nos ha pasado alguna vez: tenemos una relación más o menos fluida con una persona cuando de pronto, de la noche a la mañana, deja de sonreírnos en un pasillo o de hacer delante de nosotros los típicos comentarios que alivian las tensiones que provoca un excesivo silencio (las alusiones a la temperatura o a la última genialidad del futbolista de moda, por ejemplo).     No sé a usted, pero a mí en esos casos me pasa que no dejo de preguntarme si he sido yo quien ha te

DEPORTES DE RIESGO

    Querido lector:     Me pregunto por qué motivo ahora al final de cada telediario nos echan siempre imágenes de señores intrépidos que se lanzan en paracaídas desde lo alto de una cornisa o a tumba abierta en bicicleta de montaña por una escarpada ladera o en sus esquís desde la nevada pingorota de un pico inaccesible salvo si es en helicóptero.     ¿Es que acaso Televisión Española quiere promover estos deportes de riesgo entre sus televidentes? ¿Tanto quiere que nos convirtamos en protagonistas de noticias luctuosas?     ¿Debemos, pues, dejar nuestro deporte favorito, el zapping , para emular a estos héroes arrojados de nuestro tiempo?     El otro día la sección de “Deportes de riesgo” anunció que le habían dado un premio a un señor que se había tirado con sus esquís, ayudado de un helicóptero, desde una cumbre nevada. El hombre pegó un pellejazo que todavía le está doliendo pero, inaccesible al desaliento, una vez caído tuvo los sa

¿POR QUÉ NO SE CALLAN LOS ALUMNOS DE HOY?

       Querido lector:     Cuando me preguntan algunos amigos por mi agotador trabajo de profesor, siempre terminamos hablando del mismo asunto: de la cháchara interminable de muchos alumnos que sucede una y otra vez mientras el profesor está explicando.     En mi época de estudiante esto no sucedía porque simplemente te buscabas un problema si osabas interrumpir al profesor con tu charla. Entonces funcionaba aún la fórmula del jarabe de palo, por lo que los alumnos -temerosos del regletazo - nos esforzábamos en portarnos bien, estudiar y hacer las tareas.     Era aquél un sistema en el que la autoridad del maestro o del profesor era incontestable y en el que la sociedad entera podía aplicar sobre ti la autoridad. Incluso cualquier señor desconocido podía tirarte de las patillas en plena calle si veía que estabas haciendo el gamberro.     Si tus padres se enteraban encima de que habías fallado en el colegio o en la calle, caía sobr

LOS ESCUPIDORES

-->     Querido lector:     Hace diez años, en el viaje que mi mujer y yo hicimos a China para adoptar a nuestra hija, me sucedió una anécdota curiosa: estaba yo en el hotel de Nanchang (provincia de Jiangxi) esperando el ascensor cuando a mi lado se colocó un chino con traje de chaqueta y corbata, quien dejó caer un escupitajo en el centro de un cenicero colocado entre las puertas de dos ascensores, lo cual me dejó anonadado.     En aquel viaje descubrí que entre los chinos esta conducta es muy frecuente, hasta tal punto que en las mesas de los restaurantes se colocan unos cuencos para que los comensales suelten allí sus esputos en medio de la comida.     Cuando quise saber más sobre dicha costumbre, me dijeron que para ellos escupir produce efectos beneficiosos para el organismo, así que ¿por qué no hacerlo en público?     Para los chinos, sin embargo, es asqueroso lo que los occidentales hacemos con los pañuelos de papel una vez que no