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Pensamientos sobre educación (II)




Necesidad de una movilización general


El debate en torno a la obligatoriedad de la escuela se está polarizando hacia dos extremos: o bien considerar que la educación corresponde en todas sus vertientes a los padres, o bien que la escuela es la encargada de esa tarea en gran medida.
En mi opinión, los padres deben educar antes que instruir y el Estado instruir antes que educar, aunque a veces el límite entre una tarea y otra no está claro (porque se educa instruyendo o viceversa). Entiendo "instruir" como una acción de transmisión de conocimientos y "educar" como una acción de transmisión de valores.
Hoy resulta que hay un número importante de padres que están menos educados en saber educar a sus hijos (debido a condiciones socio-laborales diferentes a las de épocas pretéritas). Ese grupo de padres educan menos o peor a sus hijos, con lo que el Estado paternalista debe encargarse en parte de la función educadora (sin ir más lejos, ahí tenemos la asignatura "Educación para la Ciudadanía"). Sin embargo, esa tarea educadora del Estado nunca podrá reemplazar la inestimable tarea que deben realizar unos buenos padres.
Deberían quedar más claramente delimitadas la educación y la instrucción. En épocas pasadas no existía este conflicto, pero hoy los "objetores escolares" están haciéndolo plantear a la fuerza.
Pienso que las reuniones de padres, salvo causas justificadas, deberían ser de asistencia obligatoria para los padres (si lo son para el tutor que las convoca, ¿no deberían serlo también para los más supuestamente interesados?). Es el único acto en el que la comunidad docente pide la implicación de los padres, y por desgracia ya conocemos casos en que un tutor se ha quedado solo esperando a treinta padres que no han aparecido (y muchos de ellos sin dar explicaciones).
En mi opinión, los padres no pueden decidir si el niño va o no a la escuela (sería ésa una decisión que afectaría a la sociedad en su conjunto).
Creo que se le pide demasiado a veces a la institución escolar, ya que la base de la educación reside en la familia. Es cierto que los maestros y profesores también pueden enriquecerla, aunque en menor medida que los padres. Si en general éstos se implicasen más de lo que lo hacen, ese enriquecimiento sería mayor.
La triste realidad es que no en todas las casas se educa bien. Esa situación es así, y por muchas reformas educativas que vengan, la realidad es tozuda (me recuerda el cuentecillo del burro que no quería beber).
Quisiera apuntar sólo un tema interesante: ¿qué contenidos "obligatorios" deben enseñarse en los colegios e institutos? ¿No sería conveniente pensar ya en incluir dentro de los contenidos de la enseñanza el estudio del cine clásico?


Debemos luchar juntos padres y profesores implicando en esa lucha a los propios alumnos, haciendo que sean conscientes de que pertenecen a una comunidad que les exige, como mínimo, una buena educación (que no es poco hoy en día).

Pero esto de la movilización educativa no dejará de ser una colección de buenas palabras si no nos implicamos de verdad, cada uno desde su puesto, con propuestas basadas en el sentido común.


En concluyendo: ¿qué contenidos han de ser obligatorios en la enseñanza de las próximas decadas y cómo podemos entre todos mejorar las condiciones de esa enseñanza?

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